Lo cierto es que “contar” es una actividad cotidiana que podemos llevar a cabo sin mucha complejidad, ya que tanto las letras como los números están inmersos en todo lo que vemos a nuestro alrededor.
Lo ideal es tratar de no tomar la memorización como primera alternativa, aunque sabemos que los niños a través de canciones tienden a aprender a nombrar los números siguiendo el orden respectivo. Ahora bien si es lo que se nos hace más fácil, pensemos en añadir el conteo verbal de sus juguetes o cosas que hay en la despensa, lo estamos orientando al sentido exacto que tienen los números en la sociedad, llevando a nuestros niños poco a poco a asociar esa expresión gráfica escrita que todos conocemos por número a la cantidad que tenemos.
Teniendo una ESTIMULACIÓN ADECUADA, podemos encontrarnos con niños que conocen números de un dígito y lo relacionan directamente con algo de su interés, como indicar con sus dedos la edad que tienen o relacionar el número de personas en su familia aun sin haber cumplido los 4 años de edad.
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